El debate político pendiente

El peronismo local: claves y lecturas de una derrota electoral

El peronismo volvió a perforar su piso histórico y la caída libre no se detiene. La reiteración de derrotas electorales obliga a repensar estrategias y modelos de construcción y conducción política. El debate velado

Por Diego Costa.

El peronismo local: claves y lecturas de una derrota electoral

Los datos son contundentes. No solo el peronismo de Campana ha perdido todas las elecciones desde 2013 hasta hoy, sino que se encuentra en una sangría de votantes que no se detiene. En 2023 el peronismo apenas ha logrado superar el 25% de los votos, en el peor desempeño electoral desde el triunfo de Jorge Varela en 1995.

Al mismo tiempo la coalición gobernante en Campana no para de aumentar su caudal de votos, llegando esta vez a un desmesurado 57%. Más allá de la evaluación que cada uno haga en cuanto a las bondades o falencias del gobierno de Abella, para los peronistas la pregunta clave pasa por intentar vislumbrar las razones de tan grande divorcio entre nuestra propuesta electoral y las preferencias de la comunidad.

Es claro también que este es el momento, y no otro, luego de tamaña derrota electoral, para habilitar el análisis de la situación interna del peronismo que tiene como consecuencia tal catástrofe electoral. Luego deberá empezar el arduo camino de la reconstrucción, de la reingeniería, del rediseño que permita con el tiempo la reconciliación entre el peronismo de Campana y la comunidad que cada vez más le viene dando la espalda.

Una lectura de esta situación, compartida por muchxs peronistas, indica que el problema central no es de proyecto, y quizás ni siquiera ideológico, sino fundamentalmente de praxis política, de modelos de conducción, de estrategias de acumulación política, y hasta de calidad de relaciones humanas entre las personas.

Más allá de la evaluación que cada uno haga en cuanto a las bondades o falencias del gobierno de Abella, para los peronistas la pregunta clave pasa por intentar vislumbrar las razones de tan grande divorcio entre nuestra propuesta electoral y las preferencias de la comunidad.

Pareciera haber un problema de voluntad para la construcción de lo nuevo, lo distinto. Venimos haciendo siempre lo mismo y perdiendo elección tras elección. Evidentemente algo se está haciendo mal.

Pero bueno, cada uno sabrá lo que hace y cada organización tendrá claros sus objetivos y las estrategias que se da para obtenerlos. Es problema del resto, y del conjunto, decidir a qué tren se sube.

Por un proyecto colectivo transformador

Sí podemos detenernos en repensar un modelo positivo, un camino distinto, una estrategia de acumulación y construcción distinta que quizás habilite resultados distintos. A lo mejor resulta bien.

El peronismo históricamente tiene sus enormes contradicciones internas. Es decir, contiene, abarca y abraza visiones en algunos casos hasta frontalmente contradictorias sobre la realidad social y política. Pero de alguna manera el peronismo siempre se las ha ingeniado para con todo eso lograr la síntesis, lograr una sinergia, una confluencia de voluntades y de puntos de vista que permitan construir. Y esto tiene que ver sí o sí, evidentemente, con la escucha, con entender al otro, con estar dispuesto a abrir la cabeza, a negociar, a consensuar y no cerrarse en la propia mirada o la visión sectorial.

Siempre el otro tiene algo que aportar, aunque sea de manera mínima, aunque sea de manera tangencial, aunque sea por lo menos para cuidarnos de lo que no tenemos que hacer. Siempre hay que tratar de comprender, contener y abrazar al compañero. Por eso los proyectos transformadores, realmente transformadores, son aquellos que suman a lo diferente, que abarcan, que congregan. Si no se logra esto, siempre vamos a ser una expresión minoritaria y sectaria, con lo cual nunca se va a poder construir una opción de mayorías. Y eso es lo que tiene que recrear el peronismo de Campana, tiene que volver a animarse a construir una propuesta de mayorías. Y para eso tienen que estar todos, si no, no hay forma.

Los proyectos realmente transformadores son aquellos que suman a lo diferente, que abarcan, que congregan. Si no se logra esto, siempre vamos a ser una expresión minoritaria y sectaria, con lo cual nunca se va a poder construir una opción de mayorías

Por eso también se debe tener claro como norte, como filosofía, como mirada básica orientadora del accionar político que ningún sector tiene necesariamente la verdad revelada. Nadie tiene el discurso clave, la propuesta mágica y concreta que va a seducir y que va a derivar como destino en la construcción de una mayoría. No, esta idea fuerza que crecerá y congregará voluntades debe ser necesariamente una construcción colectiva, se logra en base al trabajo, se logra entre todos, se logra con todxs lxs compañerxs.

El proceso en marcha

Pero, ¿para qué todo esto? ¿Para qué hacemos lo que hacemos? ¿Cuál es el objeto? ¿Cuál es el fin último? La pelea estratégica es por la construcción de un proyecto de poder que aspire como primer interés, como única vocación, a la obtención del poder político en Campana.

Campana merece que el peronismo le proponga un proyecto de transformación social, económica, cultural, ambiental y urbanística guiada por la justicia social, por la promoción de la equidad, el respeto a la diversidad. Un proyecto que tenga por objeto generar trabajo, que busque relaciones sociales más progresistas en términos de género, que transforme al estado municipal en agente de cambio en busca de la felicidad de las personas respetando las particularidades, necesidades y expectativas de cada sector.

Campana merece que el peronismo le proponga un proyecto de transformación social, económica, cultural, ambiental y urbanística guiada por la justicia social, por la promoción de la equidad, el respeto a la diversidad.

Este es el objetivo que da vida y carnadura al proyecto político que moviliza al peronismo desde sus orígenes: la obtención del poder político por vías democráticas para transformar la realidad de todos los habitantes de la comunidad. Sin este objetivo el peronismo no tiene razón de ser. El rol de oposición es valioso institucionalmente, pero los peronistas lo vivimos como una transición, un interregno, un proceso que deriva en la obtención del poder.

Para que esto sea posible también es necesario invertir el sentido del debate. No hay que hablar tanto, hay que escuchar más. Una escucha activa, reflexiva, atenta, que permita dar la voz a la comunidad, a la gente. Una escucha que permita detectar y entender las demandas, las necesidades, los padeceres, las reivindicaciones pendientes de cada sector de la sociedad, de cada barrio, de cada sector etáreo, de cada grupo de interés, de cada sector que comparte y sufre una problemática específica. Esa información, esas demandas, son el insumo que se necesita para el diseño de proyectos, para el desarrollo de políticas públicas.

Se trata de recrear el fenómeno de la representación política. Se trata de detectar las cosas que realmente le preocupan y le interesan a la comunidad y ofrecer un camino de acción para la satisfacción de esas expectativas. Mientras nos sigamos poniendo el casete y le hablemos a la gente de cosas que no le interesan y que solo son importantes para los políticos, vamos a seguir perdiendo cada vez más el respaldo público.

Se trata de recrear el fenómeno de la representación política. Se trata de detectar las cosas que realmente le preocupan y le interesan a la comunidad y ofrecer un camino de acción para la satisfacción de esas expectativas.

Luego de una derrota electoral catastrófica frente al abellismo, y de una PASO donde el 45% votó en contra de quienes vienen ganando internas desde hace 10 años, es tiempo de parar la pelota.Despejado ahora el panorama electoral, es el momento de mirar a la cara a todxs lxs compañerxs de manera generosa, abierta y participativa con el único objetivo de sumar.

Quizás sea tiempo del surgimiento de lo nuevo, lo distinto, lo superador. Quizás sea tiempo de remover los escollos que impiden la transformación.

Ilustración: montaje de Rodrigo Trasciatti sobre mural de Ricardo Carpani

Publicado el 11 de enero de 2024

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Comentarios

DAMIAN OLMOS

13 de enero de 2024

Si no dejan de ver al otro como "enemigo" x el solo hecho de pensar distinto, de dejar de arrogarse "la representación del pueblo" como si los q nos los votan no son parte de este Pueblo Argentino, y mientras no se enfoquen en las necesidaes locales, no van a poder cambiar los actores del juego al menos en un corto tiempo. Un ejemplo: en verdad creen q el "proyecto local de rechazo al DNU" le suma al vecino?

Diego Costa

14 de enero de 2024

Acuerdo 100%